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La madera en Chiloé


LA MADERA EN CHILOÉ.


Como el aire que respiramos, la madera, es para el habitante de Chiloé un elemento vital, porque ella no solamente le permitió en el pasado romper el aislamiento, sino que a través de su empleo sistemático fue venciendo todos los desafíos que el paisaje insular ofrecía a sus habitantes.


Con el transcurrir del tiempo, los isleños fueron construyendo su cultura material en base a la madera: “La madera es el gran material que permite el desarrollo de la cultura chilota, la hemos denominado en otra oportunidad “la cultura de la madera”, porque desde tiempos prehispánicos la actividad del hombre chilote se centró en ella, condicionando no solamente su trabajo, sino su mentalidad y su vida social. En madera construyó su hábitat, no solamente la arquitectura como arte mayor, también lo fueron en madera las herramientas de labranza, anclas, cerraduras, adoquines y planchados, como el camino en madera que en el siglo XIX unía las ciudades de Castro y Ancud; hasta la mitad de ese siglo las tablas de alerce se usaban como moneda y los niños escribían en las escuelas en ‘tablas de pelú’”. (Montecinos Barrientos, Hernán. “Iglesias y Capillas de Chiloé”. En: Chiloé, Revista de Divulgación Centro Chilote, Nº 6. Concepción. S/año edición, 7-10 pp. ).


La opinión anterior puede entenderse a partir de la ubicación geográfica del archipiélago en el hemisferio sur, lo que permite el desarrollo de un bosque único en mundo. “La selva de enormes árboles, apretadas de lianas y helechos, traspasada de humedad, formaban un conjunto verde oscuro que parecía dueño absoluto de la isla; uno que otro sendero la penetraba más allá del límite de las propiedades y algunos estrechos caminos cubiertos de troncos para evitar el barro, comunicaban unos puntos de escaso interés. Todas las ramas parecían destilar agua y cuando la lluvia se descargaba implacable en el corazón del bosque, los chorros se deslizaban o caían desde las ramas formando un canto rumoroso. La vegetación moría en la playa misma o destrozada junto a las rocas, más allá de las cuales se extendía un mar bruñido por el cielo gris que a veces el viento quebraba en infinitas olas”. (Villalobos, Sergio. “La Aventura Chilena de Darwin”. Santiago, 1974: p. 65.).


Esta meridionalidad, presenta a Chiloé con una exuberante vegetación compuesta en gran parte por una variedad de árboles del cual pueden extraerse buenas maderas: Luma, Ciruelillo, Avellano, Coigüe, Alerce, Tepa, Ciprés, Canelo, etc.. Lo anterior, permite al habitante insular utilizar su ingenio para construir y dar vida a una serie de elementos representativos de una cultura material cuyo hilo conductor es la madera. Así, el bosque nativo de Chiloé al que llamamos habitualmente como el monte, se va constituyendo en uno de los tres principales elementos con que a diario convive el chilote: Monte, Tierra y Mar.


De esta relación entre el hombre y el monte, comienzan a aparecer una serie de expresiones de todo tipo; mitos, creencias, modos especiales de utilizar la madera, de un aprendizaje por experiencia que se va transmitiendo de generación en generación.


De la madera y de las manos de nuestros artesanos van naciendo entonces una serie de artilugios, muestra material de la cultura chilota. “Madera: Es utilizada desde la construcción de elementos funcionales hasta pequeños objetos utilitarios o de adorno: Fuentes, chungas, tinas, morteros, instrumentos musicales, usleros, cucharas, achicadores, molinos, puentes y andariveles. Medio de transporte (carretas, trineos y birloches; lanchas, chalupas y botes); máquina de majar y cercos de varas son muestra cabal del uso intensivo de la madera en Chiloé, que adquiere formas exquisitas en tejuelas, puertas y ventanas o en las numerosas miniaturas de palafitos, iglesias o embarcaciones que ejecutan artesanos de toda la isla, sin olvidar la imaginería religiosa, que aún se practicaba a fines del siglo pasado, por “afamados santeros” y la construcción de instrumentos musicales (rabel, bombo, guitarra)… y hasta candados o cerraduras…”. (Uribe Velásquez, Mario. “Guía para conocer Chiloé”.).


Es importante puntualizar que la madera es parte fundamental para la realización de una serie de faenas campesinas representativas de Chiloé, que desde muy antiguo se practicaron bajo el alero de la minga, hoy en franco retroceso. Igualmente, la madera en su relación con la cultura del bordemar está presente en la carpintería de ribera, los corrales de pesca y los palafitos, porque los chilotes nacidos y criados en las zonas costeras, moldearon su vida entre el marino y el agricultor.



Felipe Montiel Vera

Profesor Historia y Geografía

Director Museo Municipal de Castro


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